Nota de prensa:
Filmin estrena el próximo martes 29 de abril, en exclusiva en España, la miniserie de cinco episodios "Los últimos días de Quisling", dirigida por Erik Poppe ("Utoya. 22 de julio"). Se trata de la versión televisiva del largometraje homónimo que se presentó con gran éxito en el Festival de Toronto y se convirtió en la tercera película noruega más taquillera de 2024. Escrita por los colaboradores habituales de Poppe, Anna Bache-Wiig y Siv Rajendram, la serie explora la relación entre el político y militar noruego Vidkun Quisling (Gard B. Eidsvold), Ministro Presidente de Noruega durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial, y el sacerdote Peder Olsen (Anders Danielsen Lie), su confesor durante los días previos a su ejecución, condenado a muerte por traición y crímenes de guerra en 1945.
Erik Poppe empezó a investigar la figura de Vidkun Quisling en 2003, y esta serie completa su trilogía sobre cómo la ideología de extrema derecha amenaza la democracia, tras "La decisión del rey" (2016) y "Utøya, 22 de julio" (2018). Quisling es una figura de infausto recuerdo en Noruega. Tanto es así, que la palabra quisling en idiomas escandinavos como el noruego y el sueco se utiliza para referirse a un ciudadano o político que traiciona a su país aliándose con el invasor. Es sinónimo de traidor o colaboracionista y equivale en español a expresiones como "ser un judas". Como reconoce el guionista Siv Rajendram, "nos atrajo de inmediato el misterio del personaje. ¿Qué lleva a un hombre a traicionar a su pueblo como lo hizo? ¿Era un fiel creyente o un oportunista?".
Las razones de Quisling son el gran enigma de la serie. El elemento que inspiró a Poppe para tratar de descrifrarlo fue recibir, por parte de la familia de Peder Olsen, un cuaderno en el que el sacerdote tomó algunas notas tras sus encuentros en la cárcel con Quisling. "El diario ofrecía una mirada exclusiva a su mentalidad. Me centré en esos pocos días desde su arresto hasta su sentencia de muerte y ejecución. Su lucha por sobrevivir, por salvar su reputación, por explicar sus actos", explica Poppe: "Los psiquiatras más destacados de Europa llegaron a Noruega para estudiar la mente de Quisling e intentar averiguar si algo andaba mal en él. Pero su diagnóstico fue que, en realidad, era normal, no un psicópata. Simpatizaba con quienes lo rodeaban y, de alguna manera, era una buena persona. ¿Cómo pudo entonces una persona normal como él acabar como acabó?".
Existen diferencias notables entre la película de 146 minutos que se estrenó en el Festival de Toronto y esta versión en formato televisivo de "Los últimos días de Quisling". La serie de cinco episodios encargada por TV2 Noruega no es una versión extendida de la película, sino una visión diferente de los últimos días de Quisling, tanto en tono como en narrativa, con material de archivo adicional e historias más largas en torno a la esposa ucraniana de Quisling, Maria (Lisa Carlehed) y la esposa de Peder Olsen, Heidi (Lisa Loven Kongsli). "Lo mejor fue que pude hacer algo inédito. Monté dos salas de edición separadas para la película y para la serie, con equipos diferentes para la edición, la música y el sonido, que desconocían por completo lo que ocurría en la otra sala. Fue interesante ver cómo abordaban las secuencias de ambas versiones de forma diferente", recuerda Poppe.
Para el director, pese a que han transcurrido 80 años desde su ejecución, la historia de Quisling resuena con fuerza en este momento. "Muchos líderes autoritarios buscan el poder para acumular riqueza. Se les puede debilitar atacando sus recursos. Pero los líderes antidemocráticos realmente peligrosos, y más difíciles de combatir, son aquellos guiados exclusivamente por su ideología, como Quisling", explica Poppe, que compara a su compatriota con líderes autócratas como Vladimir Putin o Viktor Orbán: "No tengo miedo de nombrarlos. Vivimos tiempos peligrosos y por eso cuento esta historia".
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