Nota de prensa:
El próximo 7 de febrero y después de su recorrido por cines, llega a Filmin “Por donde pasa el silencio”, el debut de Sandra Romero que opta al Goya a la Mejor Dirección Novel. La película pasó por festivales como el de San Sebastián, Sevilla y L’Alternativa y fue nominada al Arrebato de Ficción de los Premios Feroz. El largometraje está basado en un cortometraje de la directora con el mismo nombre, que se estrenó en 2020 y se hizo con la Biznaga de Plata en el Festival de Málaga.
Si en el cortometraje Antonio se reencontraba con Emmanuel, su exnovio, al regresar a su pueblo natal, Écija (Sevilla), la película retoma su historia, pero esta vez lo confronta con un reencuentro distinto: el de su propia familia. A sus 32 años regresa a Écija por Semana Santa después de mucho tiempo fuera. Allí, vuelve a ver a su familia, sobre todo a su hermano mellizo, Javier, que tiene una discapacidad física. Ambos tienen otra hermana, María, que trabaja en el pueblo y cuida de Javier, aunque ella también sueña con irse. Antonio se ve ante una difícil decisión: quedarse y ayudar a los suyos o volver a la vida que ha construido fuera.
Antonio Araque, María Araque y Javier Araque son hermanos en la vida real y personas muy cercanas a la directora desde su infancia. Con Antonio, el único actor profesional de los tres, ya ha rodado varios cortometrajes. Romero apunta que lo complicado fue encontrar un balance entre actores naturales y profesionales. Quería plasmar esa autenticidad de la vida en el marco de la ficción: “Estoy haciendo una ficción, pero la vida tiene que permear porque eso es lo que a mí me interesa del cine también”, cuenta la directora en una entrevista con Vogue. Aunque ella defiende que no cualquiera puede ponerse delante de una cámara y actuar, el trabajo previo fue clave y así lo corrobora Antonio Araque: "Estuvimos muchos meses antes con mis hermanos, preparándolos como actores también para que se adaptara a la forma de jugar que teníamos, tanto ensayos clásicos como improvisación. Después, ya salían las emociones reales y jugábamos con ellas. El viaje que tiene Antonio en la película tiene esa parte de realismo con mis hermanos que la hace tan especial y tan auténtica", explica para RNE.
Romero habla de su obra como una película de familia, de comunicación, de emociones. La enmarca en Semana Santa por lo que significó para ella la procesión del silencio de Sevilla, lugar donde comprobó cómo los sonidos tomaban otra dimensión. En esta película quería alejarse del silencio, pero decidió conservar el título del anterior cortometraje dotándole de otro significado: "El silencio puede significar muchas cosas; también puede ser una incomunicación tremenda en medio de millones de palabras que se dicen al día".
La directora se sincera contando cómo el personaje de Antonio tiene mucho de ella y que lo que quiere transmitir es esa sensación de no saber cuál es tu sitio, sentirte un forastero en casa: “Lo que nos pasa cuando volvemos es que no sabemos en qué lugar situarnos dentro de unas dinámicas de una familia que ha seguido moviéndose y creciendo. Es un personaje que apela a todas esas personas que nos hemos ido y regresamos”, cuenta en La Vanguardia.
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