Nota de prensa:
El viernes 15 de noviembre Filmin acogerá el estreno de "Que la fiesta continúe", la nueva película del afamado director armenio-marsellés Robert Guédiguian (“La casa junto al mar”), que suma ya veintitrés filmes a su carrera profesional. En este caso apuesta por una comedia dramática que cuenta la historia de Rosa, una enfermera a las puertas de la jubilación que ve flaquear su ilusión. Ha dedicado toda su vida a su familia y a la política a partes iguales y es la única que podría sellar la unión de la izquierda en vísperas de una fecha límite electoral decisiva. Pero la situación se le queda grande cuando se enamora de Henri y, por primera vez, Rosa tiene miedo a comprometerse.
Guédiguian explica cómo lo primero que surgió de esta película fue el nombre: “El título surgió antes del guion. Se lo comenté a Serge Valletti (el coguionista): Et la fête continue! Y le dije: vamos a hacer una película. La idea, en líneas generales, era: la catástrofe es inminente, y la fiesta continúa... Todo va mal, y la fiesta continúa..". Este título no solo es una frase pegadiza y divertida, el trasfondo es mucho más reflexivo: “la fiesta representa la lucha, las batallas, la vida misma. Es libertad. No es sorprendente que todas las dictaduras ataquen la fiesta. Es un símbolo de libertad, de subversión de los valores establecidos, y eso es peligroso para el poder”. Esto responde al habitual tono político de las películas de Guédiguian que, en este caso, aborda de forma más ligera: “El discurso político de esta película es uno que comparto al 100%. Es una manera de afirmar mis convicciones sin filtros, pero con un toque de humor para que el mensaje llegue de una forma más natural”.
Además de la motivación política de la película, el director quiere mostrar el lado esperanzador de la humanidad, personajes bondadosos en un momento en el que no acostumbramos a verlos en pantalla. Para ello se ha integrado de manera virtual a su habitual elenco de actores, liderado por su esposa, Ariane Ascaride, musa y protagonista de la película. Tanto ella como varios de los personajes tienen la edad real del director y hablan directamente por él conformando así su película más íntima: “Es cierto que esta película, de una manera muy disimulada, está muy cerca de un diario íntimo. Pero encarnado por otros personajes, así que, por supuesto, no se nota mucho”. Otro de los temas centrales de la historia es la ilusión y el amor, más concretamente el amor a los sesenta, poco representado en la pantalla: "Aquí muestro el amor a esa edad. No es algo tan frecuente, pero claro que sucede".
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