Tres kilómetros al fin del mundo es una historia de violencia dónde el enemigo le tienes en tu propia casa, en tu mismo seno familiar. Nos muestra sin tapujos como los padres encierran y castigan a una persona que no coincide con sus mismos valores. Un lugar corrompido por una moral que sirve para ensalzar el odio hacía lo desconocido y no la comprensión hacia las personas diferentes por su orientación sexual.
Tres kilómetros al fin del mundo tienen ese toque en dónde los agresores quieren razonar sus actos. Intentando quedar como las verdaderas víctimas de un hecho violento provocado por ellos mismos. Aquí es dónde una única persona cree en él y ce como esos actos son totalmente denunciables e intenta ayudar a su amigo para poder huir de un lugar repleto de caciques fanáticos de una religión que solo les procesa el odio y las costumbres medievales.
Nota: 7'5/10.
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