EL CONDE DE MONTECRISTO va más allá de una historia de ambición o venganza

Hacer una obra moderna, así como al mismo tiempo respetar lo clásico. No deberían de ser dos cosas que se tuvieran que separar. Como en la nueva adaptación del novelista francés, Alexandre Dumas, con su novela El conde de Montecristo. Siendo un nuevo trabajo codirigido por los directores franceses Matthieu Delaporte, Alexandre de La Patellière, los cuales, tras haber tenido un notable éxito con las adaptaciones de Los tres Mosqueteros, se han atrevido, y muy certeramente, a sacar adelante la historia de Edmundo Dantes. Un joven navegante y temprano capitán de un barco, el cuál es acusado de traición y traicionado por sus amigos. Este tendrá que ser recluido en una prisión de alta seguridad en una isla. 
El conde de Montecristo está protagonizada por: Pierre Niney en los papeles de Edmundo Dantes, conde de Montecristo y lord Halifax; Anaïs Demoustier como Mercedes Herrera, condesa de Morcerf; Anamaria Vartolomei como Haydée; Laurent Lafitte Como Gérard de Villefort, fiscal en Marsella; Pierfrancesco Favino como abate Faria; Patrick Mille como barón Danglars, comerciante y ex marinero; Vassili Schneider como Albert de Morcerf; Julien de Saint Jean como príncipe Andrea Cavalcanti / André de Villefort, hijo bastardo del fiscal; Julie de Bona como Victoria Danglars; Adèle Simphal como Angèle; Stéphane Varupenne como Gaspard Caderousse, marino; Oscar Lesage como Maximilien Morrel; Marie Narbonne como Eugénie Danglars; Bruno Raffaelli como armador Morrel, padre de Maximilien; Abdé Maziane como Jacopo; Françoise Gazio como Yvonne; Axel Baille como el sirviente del barón Danglars; Lily Dupont como Suzanne; Olivier Le Montagner como el guardián del castillo de If; Jérémie Covillault como Antoine, guardia de la prisión; Bernard Blancan como padre de Dantés; Graziella Delerm como señora de Morcerf; Xavier de Guillebon como esposo de Morcerf; Clémentine Baert como señora de villefort; Florence Muller como señora de Herrera; Serge Bagdassarian como juez y Jean-Louis Tribes como juez.


El Conde de Montecristo es una de las grandes apuestas francesas de este mismo año. Una superproducción que no te dejara nada indiferente. Del cual se puede llegar a muchas enseñanzas y lecciones de la vida. Es la historia de un joven que lucha por superarse en la vida, asimismo, como conseguir casarse con su prometida, hasta que la envidia y la corrupción de los que le rodea, le llevará de ser un hombre con grandes esperanzas en su futuro a ser dado por muerto en una cárcel. Edmundo Dantes recibirá, lo que diríamos coloquialmente hoy en día, un cheque en blanco, el cual tendrá que ver en como lo emplea. Para el bien, construyendo un futuro, borrando así su pasado. O con odio, destrozando lo único bueno que puede llegar a construir en su propia vida.

La historia de Edmundo Cantes ha sido ínfimamente contada en el cine y en la pequeña pantalla. Pero nunca con una creatividad tan cercana a la de la historia de la novela de Dumas. Haciendo un gran ejercicio en todos los aspectos de la película. de aquí que los directores llegan a mostrar un soberbio ejercicio en cada plano, no siendo este muy certero en los primeros planos, pero siendo una delicia en los exteriores, en los interiores del Versalles y en el plano secuencia. Poniendo un pero, diría que su punto más débil está en la propia fotografía, deja de ser una obra perfecta a ir diluyéndose a medida de que avanza el film, dejando en algunos momentos como un trabajo de serie B. Aun así, es un film que es n sus casi tres horas de recorrido, no es un film que desgaste su mensaje, no se vuelve retorico y si sabe hilar una trama de venganza. Pero ya sabemos todos que lo que nace desde el odio, acaba en tragedia.

Pierre Niney muestra un gran trabajo de interpretación a la hora de calzarse los papeles de Edmundo Dantes, conde de Montecristo y lord Halifax, los cuales le llevan desde al amor, hasta la frialdad en la venganza desde la esperanza a la frustración, o interpretándose a El conde de Montecristo o a lord Halifax. Así como un gran reparto que saben cómo encajar cada uno de sus personajes en cada momento.

EL CONDE DE MONTECRISTO va más allá de una historia de ambición o venganza, tampoco se le puede llamar justicia. Es una historia dónde se valora más el estatus de una persona que el peso de su propia vida.

Nota: 8/10.

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