67 SEMINCI: Maryam Touzani dedica El caftán azul a las personas que “no tienen mucha opción de ser ellas mismas"


Nota de prensa:

La directora marroquí Maryam Touzani ha presentado este viernes, 28 de octubre, El caftán azul, un film que compite en la Sección Oficial de la Semana Internacional de Cine de Valladolid. La película trata sobre aquellas personas “que no tienen mucha opción de ser ellas mismas en su día a día”. “Mi deseo es poder hablar de personajes que me llegan al alma, que me conmueven interiormente. Cuando escribo pienso en personas, y cada persona tiene una propia historia, al igual que Mina tiene la suya”, ha explicado la cineasta, quien espera que su trabajo “pueda contribuir a abrir diálogos sobre temáticas que para mí son importantes”, ha expresado.


Halim lleva mucho tiempo casado con Mina, con quien regenta una tienda tradicional de caftanes en la medina de Salé, una de las más antiguas de Marruecos. La pareja vive desde siempre con un secreto que Halim ha aprendido a ocultar, pero la enfermedad de Mina y la llegada a la tienda de un joven aprendiz amenazan con perturbar este equilibrio. Unidos por el amor, cada uno tratará de ayudar al otro a enfrentarse a sus miedos.


“Estaba buscando localizaciones para la película Adam, cuando me encontré con un señor en Casablanca que me inspiró muchísimo, sentí que había muchas cosas de su vida que estaba obligado a esconder, tenía que ser una persona que no era porque no tenía alternativa”, ha explicado la realizadora, quien entonces sintió que era “una historia de la que tenía que hablar y un personaje al que tenía que dar voz”.


Entre el reparto de la película destaca la actriz Lubna Azabal, que da vida a Mina, con la que Touzani ya ha trabajado en anteriores proyectos. “Es una persona que lo da todo; no hace las cosas a la mitad”, ha destacado. “Estaba segura de que con Azabal llegaríamos a lo más profundo del alma”, y ha reconocido que escribió el guion de la película pensando en esta actriz. Asimismo, ha agradecido el apoyo que ha tenido de su marido, el también director Nabil Ayouch, durante todo el proceso: “Siempre está conmigo para ayudarme a ver las cosas como yo no las veo. El tener al lado a una persona como Ayouch es una suerte muy grande y algo muy bonito”.


En esta misma línea, ha destacado el trabajo que ha hecho el actor Ayoub Missioui: “Me tocó su pasión. Rápidamente me convenció de que era él”. Así, ha declarado que “la humanidad” que sentía a mirar a Saleh Bakri, que da vida a Halim, fue lo que más le llegó del actor. “Sentí que juntos podríamos lograr algo profundo”.


El largometraje, cuyo estreno tendrá lugar en el primer trimestre del próximo año, representará a Marruecos en la preselección de los premios Oscar. “Es bonito porque simbólicamente quiere decir mucho, ya que mi deseo es hablar de temas que no siempre son fáciles. Para mí, que Marruecos haya elegido la película, significa muchísimo”.


Durante la presentación, la realizadora ha manifestado que desde un principio tenía claro que la película iba a hacerse en árabe: “Habla sobre personajes marroquíes que viven en Marruecos, si no se hubiera hecho en árabe, le hubiéramos quitado la autenticidad que tiene en su concepto natural”. Además, ha aprovechado para poner en valor el trabajo de la directora de fotografía del largometraje, Virginie Surdej, quien “me comprende perfectamente”. “La luz tiene un papel extremadamente importante en la manera en que evolucionan los personajes a través de la historia”, añade.

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