Muy pocos directores españoles han llegado a impregnar el drama con tanta sutileza y elegancia como el director manchego. Ya sea a través de su propia experiencia, puesto que, no solo en "Dolor y Gloria", ha puesto mucho de su vida privada, escurriendo el cliché de autobiográfico. Pero con "Madres paralelas", juega con varios escenarios, que al unirlos, pierden mucho sentido entre sí. Son dos tramas con mucha fuerza, que te desorientan totalmente en su propio resultado.
Lo mejor de "Madres paralelas" está en sus interpretaciones. Penélope Cruz se ve mucho más asentada en sus papeles, exponiéndose como una de las actrices internacionales con más solera del panorama del cine español. Yo también me sumo a la opinión de que tendría que estar este año en los premios de la academia de Hollywood, aunque Madres paralelas no esté en la categoría de película de habla no inglesa.
Madres paralelas anda entre un drama maternal, y la memoría histórica. Aunque Pedro Almodóvar juega bien los roles, no llega encauzar las dos tramas, sin que una se pise a la otra. Las diversas contradicciones de los propios personajes, o el melodrama que aparece en algún momento.
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