Hablar de Thomas Vinterberg, no es hablar de uno de los directores más grandes de Dinamarca, sino uno de los directores más grandes de Europa. Sus films. atrevidos y estéticamente violentos, hacen que definan a una sociedad, dentro de toda su oscuridad.
Ya con "La caza", nos relataba lo malo que son los prejuicios, y como somos capaces de emitir una condena, aunque la persona a la que se dirigen, sea totalmente inocente. Para esta ocasión, gira esa tuerca un poco más para ponernos en el foco, los problemas graves del alcoholismo. Sus actuaciones, que son magníficas, y un guion muy extremo, el cual, por momentos, llega a entender que banaliza un tanto el problema de cada uno de los protagonistas. Pero es ese exceso el que llega a llevar a cada uno de ellos, a las situaciones que nos muestran en cada fotograma.
Para hacer realidad el proyecto contó con un actor bien conocido por Thomas Vinterberg, os hablo del internacional danés Mads Mikkelsen para interpretar a Martin. Mads Mikkelsen es más conocido por haberse metido en la piel del asesino en serie Hannibal Lecter para la televisión; haberse metido en la piel del antagonista del agente 007 en "Casino Royal", o estar dentro de las franquicias de MARVEL y Star Wars con "Doctor Strange y "Rogue One: Una historia de Star Wars". Dentro de poco le veremos interpretando a Gellert Grindelwald, dentro de la saga de Animales Fantásticos. Junto a él, le siguen en el reparto: Thomas Bo Larsen (La caza) como Tommy; Lars Ranthe (Algo en que creer [serie de televisión]) como Peter; Magnus Millang como (Kurks) Nikolaj; Maria Bonnevie (The angel) como Trine y Susse Wold (3 danesas en París) como Rektor.
Reza el dicho que, el hombre es el único animal (con uso de razón) capaz de tropezar dos veces con la misma piedra. Otra ronda es el segundo film dónde se vuelven a encontrar al director Thomas Vinterberg con el actor Thomas Vinterberg. En esta ocasión vuelve a repetir roll como profesor, pero ya para niños más adultos.
Lo que empieza como un estudio entre un grupo de profesores, termina en la justificación de unos alcohólicos, para tapar su adición dentro de sus puestos de trabajo. Cada vez que se muestran de sus resultados, ellos deciden dar un nuevo giro para adentrarse mucho más dentro de sus propósitos, de ahí que los resultados sean tan obvios que el final llegue a ser lo más predecible. Mientras que son los familiares, los que llegan a sufrir ese daño colateral, a medida de la carencia de los adictos. El film nos muestra como el alcohol se establece dentro de su cultura. De aquí que, aunque sea muy descriptivo, el film no tiene una crítica bien asentada. Dato que el director ha esquivado en cada uno de sus filmes. Para Otra ronda, lleva al máximo los extremos de las consecuencias, pero el desenlace de cada uno de sus actos, les dejan en una desierto, sin una conclusión, y mucho menos sin una lección.
Con Otra ronda, lo más triste del film, es que es el perfecto reflejo de esta sociedad. Es un alto porcentaje de población que no saben divertirse sino es con un estimulante, sin una droga. Como si la diversión fuera una escapatoria de este mundo real, y no un complemento, para que la vida sea mucho más amena.
Nota: 6'5/10.
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