YO SOY DOLEMITE, si la vida te da limones, ponte hacer limonada

Nunca digas nunca jamás o, por haber tenido un bache en el camino,  ,  nuca des por sentado una derrota. Cuando menos crees que la gente se podría acordar de uno de los cómicos con más talento de los años ochenta del pasado siglo, Eddie Murphy reaparece de nuevo para reclamar su trono, y en cierta forma, o modo, lo consigue. Si, es cierto que dentro de poco le tendremos de vuelta con la secuela de "El príncipe de Zamunda", o una nueva entrega de Axel Foley. Pero ahora hablamos de su film de retorno, y lo hace por la puerta grande. Aunque esta sea por la de un medio domestico como es la plataforma de streaming, Neflix
Pero en "Yo soy Dolemite", rescatan a otro actor de la escena de acción, que deambulaba la carrera entre películas de bajo coste, y nula calidad. Wesley Snipes. llevado a la fama por el director Spike Lee en "Fiebre salvaje"; aunque para mí, su mejor película es "Pasajero 57", y encarnando a un gran villano en "Demolition man", el actor encontraría el punto más álgido de su carrera al encarnar un famoso vampiro de la factoría MARVEL, Blade. Con el que hizo una trilogía muy desigual, y que haría que años después volviera a aparecer en los cines dentro de la franquicia de Silvester Stallone, "Los mercenarios". En "Yo soy Dolemite" recupera esa faceta dramática con la que empezó su carrera profesional, pero con un punto cómico, y más expresivo que nunca.


Tom Waits en su biografía llego a decir algo así como, "Da igual si las historias que cuento sean reales o no. Una historia que sea real no quiere decir que sea merecedora de ser contada, o que llegue a atraer más que una que no es real." Pues este film va de eso, de cómo poder enfundarte un personaje, que has inventado, y por el cual te has vestido tantas veces, que al final sea tan real como pienses, aunque haya nacido de una mentira.
Basado en un personaje real, Rudy Ray Moore, el cual llego a crear Dolemite a través de
un vagabundo que solía pedir limosnas en la tienda de discos dónde él trabajaba. De esto que me acuerdo cuando se dice, el talento no viene de una clase genérica, sino que tienes que estar en el lugar y tiempo concreto, para que puedas brillar de una u otra forma. La transformación que hace Eddie Murphy con el personaje es espectacular. Estoy seguro que si este film lo hubiera hecho hace algunos años, no tendría el mismo sentido, ni el actor hubiera entendido tanto al personaje, como lo ha hecho hoy en día. La desgracia está en la baja forma en la que están las grandes salas de cine, por la cual, este hubiera sido ese gran film de retorno; aun así, sigue siéndolo.

Yo soy Dolemite es un film a temporal, con la presencia de un protagonista que puede definirse como el propio personaje. Rendirse nunca, siempre hasta que la cara de la fortuna vuelva a sonreírte. El film es una de esas pequeñas joyas que brillan por sí mismas, y que saben sacar lo mejor de cada uno de sus personajes, dentro de una de sus peores etapas.

Nota: 7/10.

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