Yorgos Lanthimos copia un poco la esencia que Sofia Coppola inyectó en su film "Marie Antoinette" del 2006 a la hora de mostrar los caprichos en las cortes reales y todas sus extravagancias. Aunque es por designación del guión la reina Ana como la principal protagonista del film, es Rachel Weisz interpretando a Sarah Churchill quien consigue acaparar la atención de la cámara, haciéndose con la pantalla dentro de un papel sumamente complicado, y por el cual se habría merecido más suerte en la última gala de lo Globo de Oro, y que ojalá tenga un reconocimiento en la de los Oscar, los premios de la academia, llegando a seguirla, Olivia Colman con su papel de reina Ana, el cual por sus extravagancias y una personalidad muy frágil; pero con una tozudez exquisita, es sin duda un papel que no deja nada indiferente. Emma Stone es sin duda la interpretación más floja, ya no de la película, sino de sus últimas interpretaciones. Sí, hay momentos sublimes; pero contrarresta otros en los que parece sobre-interpretar, quitando mucha personalidad al propio personaje. En muchas webs la ponen como un tirón para poder hacerse con su segundo Óscar seguido; pero yo veo más a Rachel dentro de las nominaciones que a la propia Stone... y eso que yo soy un admirador de Emma Stone.
ATENCIÓN: a partir de aquí puede hay spoilers.
Hubo una película en los años 80 del anterior siglo, que decía, "No hay mejor defensa que un buen ataque". Pues de esa frase se puede añadir la esencia de la trama de La favorita. La guerra que mantienen Inglaterra contra Francia, la de la reina Ana con su consejera Sarah, la de su consejera con su sirvienta. El miedo que le da a Abigail de volver a las calles, hará ponerla en alerta y a la defensiva en todo momento, haciendo sus pequeños, pero efectivos ataques contra su prima Sarah. La de su sirvienta con Robert Harley, político inglés que busca un ojo dentro de la corte y que intentará chantajear a Abigail para poder estar un paso por delante de las decisiones reales. Es decir, una guerra para poder defender cada estatus de cada uno de los personajes.
Ana es una reina que ha perdido a sus 17 hijos y a su último marido, que padece de gota. Ella deja la responsabilidad de las decisiones de la corte a Sarah, su consejera que hará que el país este con una guerra continua contra Francia. La pasión de la reina sobre ella hará que crea en sus consejos ciegamente. Todo parece ir a su favor hasta que aparece el personaje de Abigail, una prima de Sarah, que se meterá dentro de la corte haciendo provocar un verdadero terremoto en la relación de la reina con su consejera. Todo, claro está, a través de un arma del que nunca dispuso Sarah, la humildad ante cualquiera de sus actos. ¿Abigail era realmente la persona que se daba a conocer ante la reina y todos sus súbditos? no. Digamos que Abigail cae en un pozo donde aprovechándose de sus dotes de poder hacerse fácilmente con el cariño de la gente, y la simpatía de la reina; pero dentro de ella hay una Sarah tan retorcida y al mismo tiempo dispuesta hacer cualquier cosa para ocupar un estatus social, aunque esto le lleva a vivir una vida de mentiras y traiciones.
Digamos que ella es el punto intermediario de la balanza, el que hace que se mantenga en equilibrio con la relación de los tres personajes. Digamos que por su carácter tan fuerte y sus decisiones tan radicales la sitúan en primera posición de la cabeza. Rachel Weisz defiende su interpretación como el personaje que interpreta su condición social. ¿Puede que ese sea el lastre que haga el no hacerse con su segundo Oscar?
La favorita tiene dones, pero la falta formas, con una trama que acaba mucho antes que la película, y que no llega a mantener un ritmo lineal, los cuales conllevan muchos altibajos.
Nota: 6'5/10.
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