3 años después de aquella comedia fallida, "Los amantes pasajeros", el director Pedro Almodóvar regresa para encauzar un nuevo drama. Un estilo que le va mucho mejor y que sabe desenvolverse con mucha más facilidad. "Julieta", llegó pisando fondo, y con un estreno, que tristemente no le faltó polémica. Pero con un gran potencial escénico, donde nos devuelven a las mejores obras, ya sea "Hable con ella", en el terreno de la soledad, donde la falta de comunicación, el respeto o la falta de confianza llega a términos de no retorno. "Todo sobre mi madre", o "Volver", donde el núcleo familiar, llega a ponerse de nuevo en entredicho, por los distintos conflictos que surgen dentro de la familia. Con Julieta se me hace mención a dichos como "Antes de juzgarme, ponte mis zapatos". Una madre que pierde a su marido en la mar, y una hija, que tras una unión muy acerrima a su madre. Un día decide desaparecer para siempre. Justamente cuando ya la daba por perdida, aparece alguien que la puede decir, o dar información sobre su hija.
Este año, ocupa un puesto para intentar volver a la escena de la noche de los Óscar, en el que tiene dos competidoras, que no desmerecen nada en su propio trabajo. Eso sí, Almodóvar tiene la veteranía dentro por la lucha, de la cual ya obtuvo una estatuilla por "Todo sobre mi madre", a la mejor película de habla no inglesa, y al mejor guión original por "Hable con ella".
La añorada Chavela Vargas vuelve a aparecer, dentro de la canción principal de la película. La cual pone melodía al amargor de la trama, en donde Julieta, ve en pocos años como su vida da un giro inesperado, y muy desolador para ella. Con un principio, en el que muestra a una madre clásica, que quiere volver a empezar. Tras haber pasado la peor etapa que pueda llegar a tener una persona. Relata cómo las heridas nunca llegan a cicatrizarse, volviendo otra vez a los vicios, a los engaños, y a una vida, que puede llegar a coger el rumbo, pero que la pierde al ser incapaz de cerrar esa etapa; pero ¿quien puede llegar a cerrar una etapa con la pérdida de su familia?. Aquí es donde Adriana Ugarte y Emma Suárez hacen dos visiones de una persona, en distintas épocas, donde a parte de los años, ellas en el fondo no cambiaron nada. Al igual que Rossy de Palma, en su papel de Marian, la cual corre un papel muy importante dentro de la relación que tuvieron Julieta con su marido y su hija, y que nunca se llegó a preguntar, si lo que estaba haciendo, la gustaría que lo hiciesen con ella.
Tal vez fuera el silencio, con el que Antía quiso castigar a su madre, pero más bien fue la indiferencia hacia ella, la que la hizo adoptar esa decisión. De una hija muy unida, sabiendo sacar las dificultades para adelante. La pérdida de su mejor amiga, la cual se iría a estudiar a Norteamérica, fueron claves también para poder entender las reacciones que tuvo con su madre. Su marcha hacia ese retiro espiritual, donde no supo detener a sus propios demonios. Para sacar una fé, que no entiende de personas, solo de pensamientos. Julieta es el drama que Pedro Almodovar nos ha contado en muchas ocasiones, a través de muchos personajes, donde hace ese retrato a la soledad que no es capaz de apagarla ni el encuentro de muchas personas a tu alrededor.
Con Julieta, Pedro Almodóvar tiene la oportunidad de pisar la alfombra roja. Peso tiene para acceder, y el film cumple con ello.
Nota: 8'5/10
Este año, ocupa un puesto para intentar volver a la escena de la noche de los Óscar, en el que tiene dos competidoras, que no desmerecen nada en su propio trabajo. Eso sí, Almodóvar tiene la veteranía dentro por la lucha, de la cual ya obtuvo una estatuilla por "Todo sobre mi madre", a la mejor película de habla no inglesa, y al mejor guión original por "Hable con ella".
La añorada Chavela Vargas vuelve a aparecer, dentro de la canción principal de la película. La cual pone melodía al amargor de la trama, en donde Julieta, ve en pocos años como su vida da un giro inesperado, y muy desolador para ella. Con un principio, en el que muestra a una madre clásica, que quiere volver a empezar. Tras haber pasado la peor etapa que pueda llegar a tener una persona. Relata cómo las heridas nunca llegan a cicatrizarse, volviendo otra vez a los vicios, a los engaños, y a una vida, que puede llegar a coger el rumbo, pero que la pierde al ser incapaz de cerrar esa etapa; pero ¿quien puede llegar a cerrar una etapa con la pérdida de su familia?. Aquí es donde Adriana Ugarte y Emma Suárez hacen dos visiones de una persona, en distintas épocas, donde a parte de los años, ellas en el fondo no cambiaron nada. Al igual que Rossy de Palma, en su papel de Marian, la cual corre un papel muy importante dentro de la relación que tuvieron Julieta con su marido y su hija, y que nunca se llegó a preguntar, si lo que estaba haciendo, la gustaría que lo hiciesen con ella.
Tal vez fuera el silencio, con el que Antía quiso castigar a su madre, pero más bien fue la indiferencia hacia ella, la que la hizo adoptar esa decisión. De una hija muy unida, sabiendo sacar las dificultades para adelante. La pérdida de su mejor amiga, la cual se iría a estudiar a Norteamérica, fueron claves también para poder entender las reacciones que tuvo con su madre. Su marcha hacia ese retiro espiritual, donde no supo detener a sus propios demonios. Para sacar una fé, que no entiende de personas, solo de pensamientos. Julieta es el drama que Pedro Almodovar nos ha contado en muchas ocasiones, a través de muchos personajes, donde hace ese retrato a la soledad que no es capaz de apagarla ni el encuentro de muchas personas a tu alrededor.
Con Julieta, Pedro Almodóvar tiene la oportunidad de pisar la alfombra roja. Peso tiene para acceder, y el film cumple con ello.
Nota: 8'5/10
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