Tras "La gran estafa americana", o "El lado bueno de las cosas", el director David O. Russell vuelve a juntar a sus dos actores fetiches, Jennifer Lawrence, y Bradley Cooper, para contarnos una nueva historia, en la que el triunfo y el fracaso está a un paso, o a un tropiezo. El secreto está en cómo un@ se lo puede ir tomando. Joy es el reflejo de una lucha, es el de una caida, es el de una victoria. Pero ante todo, es el estar siempre de pie intentándolo una y otra vez. Pues la vida trata de eso. La vida es caer y levantarse para volver a caer y, todas esas cosas que nunca habrías imaginado que te pudieran llegar a suceder. Otra de las reglas es como te vendes, de cómo puedes llegar a demostrar lo que tienes, a través de tu personalidad. Ya puedes colar un pastelón, o el mejor invento que haya creado una persona para toda una generación. Si no sabes como acercarte a las demás personas, ya empieza por ser un fracaso inmediato. De ahí tu habilidad, la habilidad que demuestra Joy, que creyendo en lo que hace, y luchando por ello, sabrá perfectamente que el triunfo, más tarde o temprano, estará cerca de ella esperando.
Jennifer Lawrence sabe cómo amoldarse a esos papeles dramáticos, en los que al final, lo tiene todo para poder ganar. El film que trata de superación pecó de conformismo, el cual pierde mucha intensidad dentro de la película, en el transcurso de la trama. Quedándose a mitad de un drama y una comedia, en un listón donde la historia en sí gusta, pero que no llega a conmover. Si en "El lado bueno de las cosas" David O. Russell sabe aprovechar todo el potencial de Jennifer Lawrence, Bradley Cooper, y Robert de Niro, en esta ocasión se ha quedado un poco fuera esa baza que podría haber ensalzado. Por un lado Cooper aparece casi esporádicamente, y de Niro hace un papel, otro más, que no me llega a convencer. Siento decir esto, pero hace tiempo que el gran Robert de Niro parece que está durmiendo la siesta.
Joy es la historia de un corredor de fondo, en esta ocasión una corredora de fondo. Es una historia de imprevistos, de alegrías encadenadas a las tristezas, pero ante todo marcada por dos grandes factores. La falta de oportunidades que te ofrece esta vida. Las cuales se las comen las multinacionales constantemente. Como las leyes están hechas para que el pastel de los negocios siempre acabe en la boca de los mismos. Y cómo no caer siendo otra persona cualquiera, que se ve superada por las limitaciones que te marcan las necesidades de tu familia, las de los fabricantes sin escrúpulos, y las que se irá poniendo ella misma; pero esta última, afortunadamente es algo que no se entiende dentro de la filosofía de Joy Mangano. Ojala haya muchas más Joy en el mundo, eso sí.
Nota: 7/10.
Bueno tio ! solo me queda ir a verla porque ya me has entusiasmado en demasía ,aparte una belleza como la Lawrence bien lo amerita ,un abrazo
ResponderEliminarSeguro que te gusta, aunque eso sí, la falta un poco más de intensidad, y Jennifer hace un buen papel.
EliminarUn abrazo!