Los juegos del hambre irrumpirá en la taquilla en el 2012 de una forma espectacular, y como decían los críticos, muy poco previsible. Su comienzo fue de un éxito rotundo dentro de la taquilla. Formas no la faltaban, entre sus filas contaban con una joven actriz, Jennifer Lawrence, la cual vendría de haber interpretado papeles tan suculentos y densos como Winter's Bone, o haberse metido en el papel de la mítica Mistica de los X-Men en el film, X-Men primera generación. Con una plantilla de mutantes totalmente renovada. Con un malvado Donald Sutherland, la actriz Elizabeth Banks enroscada en un sin fin de pelucas, Woody Harrelson en toda su salsa, son unos motivos suficientes para que la saga de Los juegos del hambre no pasará desapercibida por la taquilla. Desde aquel estreno, hasta el desenlace, su drama ha dado un giro vertiginoso, por el cual, muchos adeptos que se unieron en aquel primer film, no lo han llegado a ver con muy buenos ojos. El cambio de director en su segunda entrega. Puesto que cedieron al austriaco Francis Lawrence, el cual se encarga de terminar toda la saga, hizo que la historia, su forma de relatarla se cambiará el formato. Pero con una historia que no avanzaba, que en sí, no aportaba nada dentro de la historia concebida para los Juegos del hambre.
Para su tercer libro, al igual que hicieron en su día con "Harry Potter y las reliquias de la muerte" de la escritora inglesa J. K. Rowling. La cual obtendría un gran resultado en la taquilla, la productora decide llevar el libro de Sinsajo a dos partes. La segunda de ellas es sin duda, un buen broche de oro que cerrara un relato, en el que retrata un futuro de oscuridad y esclavitud en el planeta.
La manipulación mediática, hará que en la guerra no haya ni buenos, ni malos, sino personas que se matan por ostentar el poder. Dentro de un último ataque que se hará contra el Capitolio, la chica Sinsajo, la cara de la revolución, insignia de los rebeldes que se levantaron contra el represor, presidente Snow. Pero ¿todo vale para la revolución?
¿Cuál era el verdadero papel que querían que hiciese Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence)? seguramente, ella es la perfecta imagen que necesitaba Alma Coin (Julianne Moore), para que todos los distritos se unieran para luchar contra el Capitolio. Pero con un odio interior que hará, que la presidenta de las tropas rebeldes, tome su descarrilador, su verdadero yo; o como las cámaras del presidente hace que el causante de tantas muertes, que es él, pase a ser el salvador de un sistema, en el que, en su cara más buena, es la de un ser represor e injusto, pero con una amplia sonrisa.
Con un Peeta Mellark (Josh Hutcherson), totalmente confuso y todavía arrastrando secuelas de las torturas que había recibido por parte del ejército del Capitolio, tendrá en sus manos una buena parte de responsabilidad para decidir el futuro de su compañera, amada-odiada Katniss Everdeen. En su segunda parte y última de la saga hace que tenga un cierre digno, con una crítica muy directa hacia como el poder corrompe. Y hace en algunas ocasiones una causa que se antoja a muy justa, a algún chanchullo que manejan entre unos cuantos. Eso sí, el final, es sin duda tan desconcertante, como emotivo. Chapó.
Nota. - 8'5/10.
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