Si hay una fórmula que entiende de éxitos inmediatos, en Guillermo del Toro la ha encontrado dentro de los relatos de fantasmas, aromatizados con una historia de amor por medio, retratados a través de un ambiente gótico, con una fotografía espectacular. La cual es uno de los motivos, tiene alguno más, por el que recomendaría ir a ver la nueva obra del cineasta mexicano, Guillermo del Toro, La cumbre Escarlata. Una historia de amor mezclada con una dosis de terror gótico, ambientada en un viejo palacio, con muchos secretos y una pareja de hermanos de lo más peculiar. Los momentos de tensión, donde la banda sonora y los efectos especiales, transformaran cada imagen haciendo que este dúo sea el protagonista más real que haya dentro de la película, llegando a transmitir este impacto visual al espectador. La cumbre Escarlata es un film que cuida todos los detalles en lo que se refiere estéticamente, tanto en el vestuario, la recreación de la localidad cercana a New York y la estética romanticismo que impregna todos los fotogramas de la película. El cual pone en su punto de mira en autores de la época como los hermano Grimm, pero rechazando totalmente la idea de que este llegase a ser un cuento basado en una de las historias que Wilhelm y Jacob, relataban a una sociedad a través de sus historias nórdicas. Las cuales mostraban en su decadencia. Guillermo del Toro no está hábil a la hora de recrear el guión, ya sea por el desgaste que le pudo hacer en la creación de la saga El Hobbit. Dejando recaer todo el peso del guión en una relación más cercana a una radionovela de amor, donde ese desenlace que nos muestra sobra totalmente, y que decir del monologo que nos marca la protagonista. Si hasta este momento no se le ha revuelto el estómago, dentro de la relación de amor tan infantil que han tenido los dos protagonistas, aquí es donde lo hará.
Dentro del reparto hay que hacer una mención que honrara totalmente a la actriz Jessica Chastain, dentro de su papel cómo es el de Lady Lucille, hermana de Sir Thomas, se someterá a una de las mejores interpretaciones que la he llegado a ver dentro de un film hasta ahora. Por la contra, estará la pareja que hará una relación nada creíble y con la joven actriz Mia Wasikowska más inexpresiva que he podido encontrar en bastante tiempo. Tenía el mismo gesto en un funeral, en un acto sexual, y en una situación donde su vida corría serio peligro. Anécdota que estará contrastada con el personaje de Tom Hiddleston como Sir Thomas, el cual lleva la misma carencia, llegando a estar los dos muy poco construidos, con muchas lagunas y, de muy poco peso, para que ellos pudieran llevar la batuta de protagonistas principales. Captando lo mejor de las interpretaciones en la hermana de Sir Thomas, personaje con un rol mucho más definido.
Con el personaje de Lady Lucille Sharpe, el director no esconderá ninguna carta, sus intenciones desde un comienzo estarán bien trazadas. Mostrando al personaje mucho más directo que su hermano, y con mucha más convicción en los actos que ira cometiendo durante todo el film, y de los que en el recorrido de este se irán desvelando. Queriendo hacer de ella una de las mejores psicópatas del cine actual, los mejores momentos los guarda dentro de las apariciones de Chastain, llegando a lograr dejar el film huérfano de una relación más real entre los dos protagonistas. Para terminar no me gustaría dejar el texto sin una mención a las marionetas tan logradas que desfilan en forma de fantasmas dentro de la historia. Eso sí, no sé por qué me da la sensación de haber visto el fantasma de la madre de Sofía Wells dentro del film de Mamá. Película que produciría Guillermo del Toro en el 2013.
Nota. - 4'5/10.
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