Nuevamente la industria cinematográfica vuelve a apostar por traer un nuevo relato con el fondo de la segunda guerra mundial. Pero muy pocas han llegado a encumbrar una denuncia tan clara contra los poderes del gobierno que actuaban contra las personas, soldados, que lucharon para derrocar el tercer Reich y que con el tiempo fueron tratados como criminales por ciertos aspectos, como la homosexualidad. Un film que directores como Oliver Stone, denunciaría el trato que se le dieron a las personas que lucharon dentro de la guerra del Vietnam, y que después por tener una inclinación que no estaba amoldada dentro de una sociedad, se les van apartando de esta misma. En este caso es la historia de un matemático criptoanalista, dentro de la segunda guerra mundial, retratada como la victoria del llamado mundo libre contra el nazismo, y que con el tiempo podemos ver que por un lado los débiles se convirtieron en los opresores. Dentro de la historia, donde esta misma está escrita por sus propios asesinos.
Protagonizada por Benedict Cumberbatch, mejor conocido por ser el Sherlock Holmes dentro de la serie de televisión, da vida al matemático en una exquisita y lograda interpretación. Con un rol donde el ego chocara a la hora de desarrollar su ingenio como criptoanalista, con unos compañeros que harán el trabajo más difícil para poder ganar una guerra y que con el tiempo no llegaría a ser bien pagado, y ni mucho menos considerado. El retrato de Alan Turing, vemos la cara de una persona destrozada por su pasado, un reprimido social que huye de cualquier contacto con las demás personas intentando no tener relaciones alguna con cualquiera que esté cerca de él, si esto no se deriva de algún asunto de trabajo. Aquí es donde aparece el único protagonista femenino interpretado por Keira Knightley, Joan Clarkle. Una buena actuación que para mí no se merecía tal nominación, ella tiene mejores interpretaciones y en esta ocasión no pasa de lo correcto. Joan es el lado más humano dentro de la conciencia de Alan. La persona que romperá la barrera imaginaria que se habrá creado entre él y sus compañeros, haciendo ver el ejercicio o trabajo que realiza junto a ellos como algo más humano. Aquí es donde aparecerá su lado más débil, al mismo tiempo que se le irá notando en el trato verbal con sus superiores y compañeros a la hora de explicar todas sus teorías para poder descifrar los códigos ocultos de la maquina enigma, una de las mejores armas de la Alemania Nazi, y al mismo tiempo uno de sus telones de Aquiles. Por la cual les costó una derrota.
Alan Turing tendrá varios frentes contra los que luchar. Por un lado las tropas nazis, desde su máquina que estará construyendo para poder descifrar sus mensajes. Los altos cargo del ejército, y sobre todo al comandante Alastair Denniston, responsable que le contratara, pero que se pasara todo el momento en busca de una excusa para poder despedirlo, y al mismo tiempo tapando su condición homosexual, por la cual estaba penada en Inglaterra por aquel entonces. Dentro de una historia que te enseñara que los mejore logros son los que haces cuando pensabas que estos son una barrera que nuca lograras sortear.
Nota. - 9/10.
Comentarios
Publicar un comentario