Si tuviera que escoger a uno de los más grandes dibujantes y guionistas del cómic español, ese sería sin duda Carlos Giménez. Un gran artista que le llegue a conocer bastante tarde, pero que desde ese momento disfrute de cada uno de sus grandes cómics, como el que os presento hoy, "Los profesionales".
Para cubrir mis delicias ante el delirio de las viñetas empece con uno de sus grandes clásicos, "Los profesionales". Un tomo con todos sus capítulos y que también te mostrara los dos de "Rambla arriba, rambla abajo". Siendo en total una serie de anécdotas relatadas a través de personajes ficticios, pero eso si. Sus historias son muy reales.
Los profesionales es el perfecto retrato de los dibujantes de la época de la dictadura dentro de la ciudad de Barcelona. Desde los escritores muy torpes, pasando por dibujantes con deseos de una vida que por aquel momento estaba prohibida, hasta llegar a ver el mundo desde un punto donde la censura no les llegase a prohibir ninguno de sus relatos.
Me acuerdo que yo tuve un amigo que me llego a decir: "Bendita censura. Cuando lo prohibían los creadores de historias siempre se las ingeniaban para sacar lo mejor de si mismos y hacer metáforas para que les colase a los que te dictaban si tu obra la pasaban por buena. Ahora solo son culos y tetas.
Para cubrir mis delicias ante el delirio de las viñetas empece con uno de sus grandes clásicos, "Los profesionales". Un tomo con todos sus capítulos y que también te mostrara los dos de "Rambla arriba, rambla abajo". Siendo en total una serie de anécdotas relatadas a través de personajes ficticios, pero eso si. Sus historias son muy reales.
Los profesionales es el perfecto retrato de los dibujantes de la época de la dictadura dentro de la ciudad de Barcelona. Desde los escritores muy torpes, pasando por dibujantes con deseos de una vida que por aquel momento estaba prohibida, hasta llegar a ver el mundo desde un punto donde la censura no les llegase a prohibir ninguno de sus relatos.
Me acuerdo que yo tuve un amigo que me llego a decir: "Bendita censura. Cuando lo prohibían los creadores de historias siempre se las ingeniaban para sacar lo mejor de si mismos y hacer metáforas para que les colase a los que te dictaban si tu obra la pasaban por buena. Ahora solo son culos y tetas.
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