Stallone y De Niro vuelven a subirse a un ring de boxeo. Esta vez conducido por el director de comedias baratas Peter Segal. El cual no llega a hacer su peor trabajo con esta película, pero tampoco se llega a salvar de la quema, pues aunque no haya sido nominada a ningún premio por el peor film del año. Es algo inaguantable, más a solo el que le guste esos films de pasar el rato viendo la pantalla como el que ve un acuario, pero a salvedad que el acuario tenga mucha más dinámica y luz que cualquier motivo de ponerse a ver el film. De echo aquí veo el motivo por el cual no llegasen a poner los nombres de Rocky Balboa y Jake LaMotta, como era la intención del film desde un principio, y la verdad, el escusa por el cual inventarse dos nuevos púgiles esta más que justificado. Pues el buen sabor que nos dejo Toro Salvaje, y, aunque no todas, Rocky se merece un mejor final, y con la sexta parte ya era más que encomendable.
Todavía me acuerdo del notable éxito que Robert De Niro contrajo con los filmes "Los padres de ella" o "Una terapia peligrosa". Su forma de gesticular era motivo aparente de una sonrisa, aunque estuviese dentro de un chiste sin ninguna gracia. Pero con el paso de los años, esos chistes ya van siendo muy conocidos y con ellos la gracia se pierde, o como Stallone quiso en un momento pasarse a la comedia y le salió el tiro por la culata. Y parece ser que ahora lo intenta de nuevo para que el resultado no varíe mucho. El film que de hecho esta realizado con una carencia de gusto y que a lo mejor hace 20 años hubiera tenido mejor recibimiento, ya sean con otros interpretes, no te llega a enganchar por sus gags masticados de unos chistes demasiados usados, y que por pronto no haced, y en mi opinión personal, no me dío un motivo por el cual estar más de 20 minutos delante de la pantalla.
Nota .- 1/10.
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