Aunque algunas veces lo ignoremos y no sepamos ver con los ojos del corazón. Este siempre nos manda destellos de todas nuestras victorias y de nuestras derrotas par poder saber valorar lo que realmente tenemos. Nuestra vida y nada más que esa e la que uno conduce a coger el camino de la tristeza o el de abelgar un nuevo rumbo hacia la felicidad. Para Nathalie se le puso un mundo encima cuando ella. Locamente enamorada de François. El muere en un accidente, y Nathalie para poder superar el trauma se vuelca dentro del trabajo haciendo que este sea el único motor de su vida. Hasta que en las oficinas conoce a Markus. Un hombre sueco que lleva15 años viviendo en Francía y que poco o nada tiene de elegante para poder atraer a un mujer. Pero los gustos no comprenden de caras físicas y para Nathalie ve en Markus a una gran persona, un amigo que seguramente puede llegar a algo más.
Esta es la historia de una nueva amistad, donde el destino y las situaciones hacen que dos personas que se entienden a la perfección no llegue a encontrar el camino al amor. Otra nueva lección de como la bestia gana con su enorme corazón el cariño de la bella. Dentro de una comedia romántica que te hará sonreír, te hará llorar, pero al mismo tiempo comprenderás que el valor de las personas no residen en los aspectos si no en los pequeños detalles que nos da la vida. Porque el amor no se consigue en los grandes momentos, ni almacena grandes fortunas. El amor esta en una pequeña flor, un pequeño gesto, una pequeña acaricia... un pequeño detalle. Si la vida nos da un vuelco en nuestras convicciones, hagamos que ese vuelco sea para poder sorprendernos un día más y gracias a esos pequeños brotes de felicidad. Para Nathalie ese fue el camino de conseguir volver a amar.
Nota.- 8/10
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